Muestreador de aire

La contaminación atmosférica

A nivel mundial, la contaminación atmosférica es uno de los efectos negativos en la salud. Siendo uno de los principales motivos de muertes prematuras, sobre todo en las áreas metropolitanas donde existe una mayor concentración de partículas suspendidas en el aire. Las enfermedades que están más relacionadas directamente con la contaminación atmosférica son el asma, las alergias, enfermedades neuronales, infartos, diferentes tipos de cáncer, etc. Según la OMS muchas de estás zonas metropolitanas no cumple con la normativa de la calidad del aire que respiramos. Como todos sabemos las principales fuentes contaminantes de las áreas metropolitanas son el tráfico de vehículos, el aéreo, el marítimo y la actividad industrial. Como ejemplo podemos decir que los vehículos de transporte son los responsables del casi 80% de las emisiones de CO2 a la atmósfera, por lo que son  responsables directos del cambio climático que estamos sufriendo. En las áreas metropolitanas las partículas en suspensión proceden del tráfico, tanto de los vehículos por la combustión de los motores como del asfalto por el contacto de las ruedas sobre su superficie. Pero el tráfico no es el único que las genera, la minería, las fábricas de cementos, el sector de la construcción, ... son otras fuentes de fabricación de partículas en suspensión, culpa evidentemente de la actividad humana.

¿Qué son las partículas en suspensión?

Las partículas en suspensión son pequeñas estructuras que las encontramos en el aire. Estas pueden ser tanto sólidas como líquidas y, siendo la mayoría de ellas peligrosas. Las partículas en suspensión están formadas por polvo, humo, hollín, polen y gotas minúsculas. Las partículas en suspensión tienen diferentes tamaños, que definen su peligrosidad para nuestro cuerpo, debido a la capacidad de penetración en el mismo. También debemos de tener en cuenta otras características químicas, físicas y biológicas de las partículas que puede repercutir en la aparición de problemas de salud, siendo las partículas ultra finas las que pueden causar un mayor número de problemas y comportar así un riesgo mayor para la salud.

Los niveles de concentración de partículas están regulados para la mejora de la calidad del aire, para la protección de nuestra salud. Esta regulación viene reflejada en el Real Decreto 102/2001 relativa a la mejora de la calidad del aire y que traspone a la directiva europea relativa a la mejora de la calidad del aire, con el objetivo de proteger nuestra salud.

Por ejemplo los valores límite establecidos a partir del año 2005 son:

- Para PM10: Nivel de concentración promedio diario (VL) = 50 µg/m³. Estos niveles sólo se pueden superar como máximo en >35 días/año. Y como promedio anual (VL) = 40 µg/m³.

- Para PM2,5: Nivel de concentración promedio anual (VL) = 25 µg/m³, vigente desde el año 2015.

Medición de partículas en suspensión

La medición de partículas en suspensión no sólo capta los elementos vivos y muertos del moho sino también proporciona información sobre las demás sustancias que contiene el aire ambiente, tales como fibras de minerales, polen y esporas. Cuando se hace una medición de partículas en suspensión se aspira una cierta cantidad del aire ambiente a través de un dispositivo de medición. El aire aspirado se guía mediante un dispositivo de aspiración (ranura de impacto) directamente a un soporte recubierto con material adhesivo. Como este método de ensayo también capta las esporas muertas de moho, entonces se puede sacar conclusiones que ya hubo anteriormente una contaminación por moho. Por eso sirve este método para controlar la calidad del aire ambiente después de eliminar el moho en un saneamiento de edificio, y también sirve para averiguar antes de comprar una vivienda si ejerce una contaminación por moho.